Un amigo “progresista” escribió lo siguiente en el Internet.
Tres clases de creyentes ¿con cuál se identifica?
Tres clases de creyentes: (1) Los que creen que están justificados plenamente sólo por los méritos de Jesús y nada más que por los méritos de Jesús. (2) Los que creen que son justificados en parte por Jesucristo y en parte por los esfuerzos de sí mismos, es decir la salvación depende en parte de Jesús y en parte del hombre. Y (3) los que creen que la salvación depende totalmente de la obediencia a todos los mandamientos.
Sólo la primera clase de creyentes podría disfrutar de verdadera paz. La segunda clase, la duda estaría presente en todo tiempo. Y la tercera, bueno, ellos no sabrán si son salvos hasta el último día. En lo personal me identifico con la primera clase ¿Y usted?
Comentario
Mi amigo hace una falacia lógica llamada “falso trilema.” Presenta tres posibilidades con lenguaje un poco impreciso para que aceptemos la conclusión errónea del calvinismo— que no somos responsables para hacer nada para recibir la salvación de Cristo.
Si él hubiera dicho algo como “los que creen que la justificación llega a nosotros, o es proveída, solo por los méritos de Jesús y nada más que por los méritos de Jesús,” habría sido más preciso y no habría ningún problema al contestar que la primera opción es la correcta. Aun así, el error viene cuando uno concluye que el hecho de que Cristo ha hecho todo para proveer la salvación significa que no tenemos que hacer nada para recibirla.
Ilustraciones bíblicas
* El hombre ciego de Juan 9 - Jesús le dijo al hombre ciego de Juan 9 que se lavara en el estanque de Siloé. Éste lo hizo y regresó viendo (Juan 9:7). Ahora apliquemos la fórmula del hermano al caso del ciego. Fue sanado… (1) ¿Solamente por los méritos de Jesús? (2) ¿En parte por los de Jesús y en parte por los de él? O, (3) ¿solamente porque él obedeció el mandamiento de lavarse? La respuesta correcta es #1 en el sentido que la provisión de la sanidad fue solamente por los mérito de Jesús, pero esto no quita el hecho que el hombre ciego tuvo que cumplir con las condiciones de Jesús para y lavarse en el Estanque de Siloé para recibir la sanidad.
* Los hijos de Israel en Jericó (Josué 6) – Dios les dijo a los hijos de Israel que marcharan alrededor de la ciudad de Jericó una vez durante seis días y luego siete veces en el séptimo. Después de cumplir los israelitas con este mandato y tocar los sacerdotes las trompetas, los muros de Jericó cayeron y los israelitas la conquistaron (versículo 20). Aplicando la fórmula del hermano a esta historia - Los muros cayeron… (1) ¿Solamente por los méritos de Dios? (2) ¿En parte por los de Dios y en parte por los de los israelitas? O, (3) ¿Solamente por obedecer ellos el mandamiento de marchar alrededor de la ciudad y tocar trompetas? Otra vez, la respuesta correcta es la primera, pero los israelitas todavía tuvieron que cumplir con las condiciones dadas por Dios para aceptar Su obra.
Estos y otros paralelos bíblicos ilustran el concepto de la gracia condicional. No es un concepto complicado ni difícil para entender. Todas las bendiciones son proveídas 100% por Dios. Pero él quiere que nosotros demostremos nuestro amor al aceptar las condiciones que él da. El aceptar las condiciones que Dios nos da (por ejemplo, el lavarse en el estanque de Siloé, el marchar alrededor de Jericó, el bautizarnos para perdón de los pecados, etc.) no quita para nada el hecho que toda bendición viene 100% por Su gracia.
Conclusión
Nuestra salvación viene a nosotros solamente por los méritos de Jesús, por su Sangre y su Gracia. Aun así, él quiere que aceptemos este poder demostrando nuestro amor, arrepintiéndonos de nuestros pecados y lavándonos en las aguas del bautismo (Hechos 2:38; 22:16). No tenemos que entenderlo todo y hacer todo perfectamente para tener paz y estar seguros de nuestra salvación. Pero sí tenemos que estar en Cristo (Gálatas 3:26, 27) y estar creciendo en él (2 Ped. 1:8). No dejemos que las personas sinceras pero equivocadas nos confundan con falacias lógicas.
Tres clases de creyentes ¿con cuál se identifica?
Tres clases de creyentes: (1) Los que creen que están justificados plenamente sólo por los méritos de Jesús y nada más que por los méritos de Jesús. (2) Los que creen que son justificados en parte por Jesucristo y en parte por los esfuerzos de sí mismos, es decir la salvación depende en parte de Jesús y en parte del hombre. Y (3) los que creen que la salvación depende totalmente de la obediencia a todos los mandamientos.
Sólo la primera clase de creyentes podría disfrutar de verdadera paz. La segunda clase, la duda estaría presente en todo tiempo. Y la tercera, bueno, ellos no sabrán si son salvos hasta el último día. En lo personal me identifico con la primera clase ¿Y usted?
Comentario
Mi amigo hace una falacia lógica llamada “falso trilema.” Presenta tres posibilidades con lenguaje un poco impreciso para que aceptemos la conclusión errónea del calvinismo— que no somos responsables para hacer nada para recibir la salvación de Cristo.
Si él hubiera dicho algo como “los que creen que la justificación llega a nosotros, o es proveída, solo por los méritos de Jesús y nada más que por los méritos de Jesús,” habría sido más preciso y no habría ningún problema al contestar que la primera opción es la correcta. Aun así, el error viene cuando uno concluye que el hecho de que Cristo ha hecho todo para proveer la salvación significa que no tenemos que hacer nada para recibirla.
Ilustraciones bíblicas
* El hombre ciego de Juan 9 - Jesús le dijo al hombre ciego de Juan 9 que se lavara en el estanque de Siloé. Éste lo hizo y regresó viendo (Juan 9:7). Ahora apliquemos la fórmula del hermano al caso del ciego. Fue sanado… (1) ¿Solamente por los méritos de Jesús? (2) ¿En parte por los de Jesús y en parte por los de él? O, (3) ¿solamente porque él obedeció el mandamiento de lavarse? La respuesta correcta es #1 en el sentido que la provisión de la sanidad fue solamente por los mérito de Jesús, pero esto no quita el hecho que el hombre ciego tuvo que cumplir con las condiciones de Jesús para y lavarse en el Estanque de Siloé para recibir la sanidad.
* Los hijos de Israel en Jericó (Josué 6) – Dios les dijo a los hijos de Israel que marcharan alrededor de la ciudad de Jericó una vez durante seis días y luego siete veces en el séptimo. Después de cumplir los israelitas con este mandato y tocar los sacerdotes las trompetas, los muros de Jericó cayeron y los israelitas la conquistaron (versículo 20). Aplicando la fórmula del hermano a esta historia - Los muros cayeron… (1) ¿Solamente por los méritos de Dios? (2) ¿En parte por los de Dios y en parte por los de los israelitas? O, (3) ¿Solamente por obedecer ellos el mandamiento de marchar alrededor de la ciudad y tocar trompetas? Otra vez, la respuesta correcta es la primera, pero los israelitas todavía tuvieron que cumplir con las condiciones dadas por Dios para aceptar Su obra.
Estos y otros paralelos bíblicos ilustran el concepto de la gracia condicional. No es un concepto complicado ni difícil para entender. Todas las bendiciones son proveídas 100% por Dios. Pero él quiere que nosotros demostremos nuestro amor al aceptar las condiciones que él da. El aceptar las condiciones que Dios nos da (por ejemplo, el lavarse en el estanque de Siloé, el marchar alrededor de Jericó, el bautizarnos para perdón de los pecados, etc.) no quita para nada el hecho que toda bendición viene 100% por Su gracia.
Conclusión
Nuestra salvación viene a nosotros solamente por los méritos de Jesús, por su Sangre y su Gracia. Aun así, él quiere que aceptemos este poder demostrando nuestro amor, arrepintiéndonos de nuestros pecados y lavándonos en las aguas del bautismo (Hechos 2:38; 22:16). No tenemos que entenderlo todo y hacer todo perfectamente para tener paz y estar seguros de nuestra salvación. Pero sí tenemos que estar en Cristo (Gálatas 3:26, 27) y estar creciendo en él (2 Ped. 1:8). No dejemos que las personas sinceras pero equivocadas nos confundan con falacias lógicas.